- Armando Galarraga sonreía por todo. Su transitar en el 2010 no había sido fácil. Luego de perder su puesto en el Spring Trainning, comenzó en las menores hasta que fue llamado nuevamente al equipo grande. En su primera salida deslumbró y regresó su sonrisa nuevamente. El 2 de junio, salió al montículo con la misma intensidad de siempre. Frente a él estaban los Indios de Cleveland, en una temporada para el olvido. Inning trás inning, Galarraga sacaba los outs con una facilidad pasmosa, pero siempre se esperaba que cayera en problemas, como había sido su costumbre en los últimos juegos. Sin embargo, para el venezolano todo fluía perfecta mente. La gran jugada de Austin Jackson en el noveno inning presagiaba que la hazaña del perfecto estaba montada. Seguramente la excitación era enorme en el cuerpo de Galarraga, quien tal como una película de ficción, renacía de sus cenizas. Dos outs. Es en este momento donde uno siente el torbellino de emociones y la mano te tiembla. Muchos han llegado allí y pocos han terminado. ¿Qué hubiese pasado si Cabrera no busca el rolling? ¿Qué hubiese pasado si en vez de Galarraga, el pitcher era Clemens, Maddux o Pedro Martínez? ¿Qué hubiese pasado si el árbitro en vez de fijarse en el guante, se hubise fijado en la base? Todas estas preguntas tienen una sola respuesta, pero nunca se sabrá oficialmente. De aquí en adelante, lo que le queda a Galarraga será mostrar esa consistencia que tuvo ese día, para aprovechar el error de Jim Joyce.
- En los años noventa Barry Bonds y Ken Griffey Jr. reclaman el derecho de ser el mejor jugador del beisbol. Las discusiones en el Fondo Editorial Cárdenas Lares eran interminables y ricas en datos y argumentos. Debo reconocer que Iván Medina fue el único que se resteó con Bonds, al punto de ser llamado jocosamente "barrygon". En fin, 15 años después, cómo pasa el tiempo, Medina hubiese tenido razón, pues ante la debacle de Griffey Jr. en Cincinnati, Bonds se convirtió en una Mega estrella. Sin embargo, un elemento acabó con el jardinero de los Gigantes: Los esteroides. En todo caso, ambos jugadores terminaron sus carreras de la peor forma posible. Bonds se fue bajo una cantidad enorme de acusaciones sobre sus posible uso de sustancias prohibidas. Hasta ahora nada se ha comprobado, pero todo apunta a que si se ayudó. Lástima porque en la historia siempre habrá una duda de lo que hizo, más no tengo ningún reparo en decir que fue un extraordinario jugador. Griffey Jr. no soportó más el hecho de no batear como se esperaba, pues luego de haberse recuperado de sus rodillas, el Júnior no recobró su swing y a una edad donde todavía podía dar mucho más -40 años-, tuvo que irse por la puerta de atrás. Luego de brillar como nadie en Seattle, Griffey tomó lo que pudo haber sido la peor decisión de su vida: irse a los Rojos. Recuerdo que en aquella época muchos periodistas plantearon que el hecho de estar cerca de su casa, produjo n relajamiento total en el jugador, al punto de tal vez, quitarle la pasión por el juego. Inexplicablemente las lesiones aparecieron por todas partes, se habló de su descuido a la hora de entrenar, y las grandes condiciones naturales que tenía, fueron diluyéndose. Su vuelta a Seattle fue para tratar de recuperar algo que se había perdido pero ya la mente y el cuerpo estaban disociados. Las acusaciones sobre su supuesta dormida en pleno juego, escándalo que lo llevó a la banca, lo obligaron a irse por la puerta de atrás, tal como se fue Barry Bonds. Ninguno tuvo la suerte de ganar una Serie Mundial, incluso el Júnior nunca estuvo en una, pero seguramente Ken Griffey Jr. estará en el Salón de la Fama, de Bonds no sabemos, aunque también debería.
- En los años noventa Barry Bonds y Ken Griffey Jr. reclaman el derecho de ser el mejor jugador del beisbol. Las discusiones en el Fondo Editorial Cárdenas Lares eran interminables y ricas en datos y argumentos. Debo reconocer que Iván Medina fue el único que se resteó con Bonds, al punto de ser llamado jocosamente "barrygon". En fin, 15 años después, cómo pasa el tiempo, Medina hubiese tenido razón, pues ante la debacle de Griffey Jr. en Cincinnati, Bonds se convirtió en una Mega estrella. Sin embargo, un elemento acabó con el jardinero de los Gigantes: Los esteroides. En todo caso, ambos jugadores terminaron sus carreras de la peor forma posible. Bonds se fue bajo una cantidad enorme de acusaciones sobre sus posible uso de sustancias prohibidas. Hasta ahora nada se ha comprobado, pero todo apunta a que si se ayudó. Lástima porque en la historia siempre habrá una duda de lo que hizo, más no tengo ningún reparo en decir que fue un extraordinario jugador. Griffey Jr. no soportó más el hecho de no batear como se esperaba, pues luego de haberse recuperado de sus rodillas, el Júnior no recobró su swing y a una edad donde todavía podía dar mucho más -40 años-, tuvo que irse por la puerta de atrás. Luego de brillar como nadie en Seattle, Griffey tomó lo que pudo haber sido la peor decisión de su vida: irse a los Rojos. Recuerdo que en aquella época muchos periodistas plantearon que el hecho de estar cerca de su casa, produjo n relajamiento total en el jugador, al punto de tal vez, quitarle la pasión por el juego. Inexplicablemente las lesiones aparecieron por todas partes, se habló de su descuido a la hora de entrenar, y las grandes condiciones naturales que tenía, fueron diluyéndose. Su vuelta a Seattle fue para tratar de recuperar algo que se había perdido pero ya la mente y el cuerpo estaban disociados. Las acusaciones sobre su supuesta dormida en pleno juego, escándalo que lo llevó a la banca, lo obligaron a irse por la puerta de atrás, tal como se fue Barry Bonds. Ninguno tuvo la suerte de ganar una Serie Mundial, incluso el Júnior nunca estuvo en una, pero seguramente Ken Griffey Jr. estará en el Salón de la Fama, de Bonds no sabemos, aunque también debería.
- Cosas extrañas pasan en los Marineros de Seattle. Gente que llega y no rinde o se lesiona y gente que se va o vuelven a lo que eran. Vamos a poner cinco ejemplos de lo que estamos hablando:
1- Richie Sexon, llegó a los Marineros luego de haber dado 40 o más jonrones en dos de sus últimas tres temporadas. Si bien en el 2005 y 2006 remolcó más de 100 carreras en ambas campañas, sus jonrones fueron desapareciendo al punto de haber dado sólo 11 en el 2008 y estar retirado desde ese año.
2- Erick Bedar, entre el 2006-07 ganó 30 juegos para los Orioles de Baltimore. En el 2008 fue contratado por Seattle y desde ese momento hasta la fecha, apenas ha podido lanzar 30 partidos.
3- Adrián Beltré dio 48 jonrones y empujó 121 carreras con los Dodgers en el 2004. Esto deslumbró a los Marineros, que le dieron un grab contrato. en cinco temporadas con el club, nunca llego a 30 cuadrangulares ni empujó 100 carreras. De hecho su average más alto fue de apenas .276. Cambiado este año a Boston, Beltré batea para .342, con 37 remolcadas en 51 juegos.
4- Carlos Silva había ganado 10 o más en tres de cuatro temporadas con Minnesota. Además, había tenido 30 aperturas o más en esos años. Llegó a Seattle con un gran contrato y apenas pudo abrir 36 juegos en dos años y ganar 5 de ellos. En lo que va de 2010, Silva tiene record de 7-0 con los Cachorros.
5- Chone Figgins dio 311 hits en las dos últimas temporadas con Anaheim, anotando más de 200 carreras. Con Seattle apenas batea para .217 con 40 hits en 51 encuentros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario