Richard Gómez
Hoy por hoy Jesús Guzmán es el pelotero más productivo de la Liga. No sólo por el record alzando hace par de temporadas, sino porque es el único que tiene campañas de 60 o más empujadas y de 50 o más. Tal ha sido su desarrollo como pelotero, que Guzmán se acerca a tener un promedio de una empujada por juego, algo realmente fantástico. Cada batazo importante que da este jardinero, lleva al público y a los seguidores del béisbol a recordar que su llegada al Caracas se produjo de una manera bastante simple y que mientras los Leones tienen a un excelente bateador que los ha llevado a un título y seguramente a otra final, Cardenales tiene dos años fuera de la clasificación. Si decimos la verdad, todos ahora se arrepienten del cambio, pero en su momento fue exitoso para Lara, sólo que el tiempo le ha dado la razón a aquellos que aseguraron que Guzmán iba a sobresalir en el béisbol por su bate.
Seattle lo encontró en Oriente
Emilio Carrasquel, Jefe de Scouts de Seattle en Venezuela, nos llamó una tarde muy contento porque había logrado la firma de un campocorto que despuntaba por su ofensiva. “El muchacho luce con su bate. Saca rápido las manos y proyecta un buen crecimiento lo que pudiera ayudarlo a dar unos cuantos jonrones. Su velocidad es promedio y su defensiva regular”, nos dijo Emilio sobre este nuevo prospecto sucrense.
Su primer año en la Liga de Verano en Venezuela no fue bueno pues apenas bateó para .139, sin embargo, en el 2003 bateó para .359 por lo que fue enviado a Estados Unidos al año próximo. Entre el 2003 y el 2006, Guzmán no deslumbró en las menores. Su ofensiva fue promedio, pero su guante le estaba cerrando el paso en la organización de Seattle. Del campocorto lo movieron a segunda y luego a la tercera. En el 2007, año de agencia libre, jugando para el High Desert clase A, Guzmán bateó 25 jonrones y remolcó 112 carreras. Era su año de consagración pero Guzmán decidió optar por la agencia libre antes que regresar a Seattle. “Luego de dos años en AA, me envían para clase A y ni siquiera me subieron de categoría por mi buen año. No tenía nada que buscar con Seattle”.
Sin aprovechar la oportunidad
Guzmán debutó en Venezuela con Cardenales en la temporada 2004-2005, consumiendo apenas 4 turnos. En la 2005-2006 dejó números interesantes, al conectar para .270 con 16 empujadas en 100 turnos, además de cuatro dobles y tres jonrones. “Si alguien merece la oportunidad de jugar es Jesús Guzmán”, nos comentó una vez Pedro Ávila, quien era scout de Seattle en aquellos años. Luego de esa campaña, Guzmán sufrió un terrible retroceso en la 2006-2007, cuando apenas dio dos imparables en 15 juegos. Se hablaba de su poca paciencia por jugar y su falta de trabajo defensivo.
Luego de su extraordinario campaña con High Desert, Guzmán es designado por la gerencia del Cardenales como el tercera base regular del club para la campaña. Era la oportunidad que esperaba pero por alguna razón, Guzmán llegó muy tarde a los entrenamientos del club y eso lo predispuso ante el nuevo manager Luis Sojo. “
¿Poca paciencia?
Sojo colocó a Guzmán como segunda base en los tres primeros choques en la 2007-2008 y a Carlos Mendoza en la tercera. El oriental se fue de 9-3 con 1 empujada y un extrabase. Sojo lo envió a la banca y a Guzmán no le gustó mucho la idea, aunque la acató sin problemas. “Él va a batear pero tiene que tener paciencia y estar calmado. Se entienda que quiera jugar pero no se puede dejar llevar por la rabia”, nos dijo Oscar Escobar, al ver la actitud desmoralizada del infielder. En el mes de octubre sólo jugó en siete choques y ya había sido descartado por el manager. “Al llegar tarde a los entrenamientos, Guzmán comenzó muy fuera de forma y eso lo perjudicó. Sojo nos dijo que no lo iba poner por encima de Mendoza ni Ugueto, por lo que comenzamos a buscarle un cambio. Al principio nadie si interesó ni el propio Caracas”, nos dijo Carlos Oropeza, directivo del Cardenales en aquella época. Guzmán sabía que no iba a jugar a diario y eso lo llevó a pedir una solución. “Soy agente libre y necesito jugar. Si esta gente no me va a poner, quiero ir a un equipo que me de el chance”, nos dijo Guzmán en una conversación vespertina antes de un juego.
Pasaban los días y Guzmán seguía esperando. Los Leones que tenían muchos problemas con Marcos Carvajal llaman de nuevo a Cardenales y plantean un cambio por el lanzador derecho y cualquier jugador de Cardenales. Sojo conoce la noticia y buscando reforzar su pitcheo relevo pide el cambio y se asomó el nombre de Guzmán. Caracas aceptó y de paso envió a Jairo Ramos. “En ese momento, Sojo dijo que le gustaba Carvajal por su brazo y que además iba a ser más útil para el resto de la temporada. Nosotros aceptamos en cambio y a Ramos porque para esos días Luis Jiménez estaba tocado y Sojo quería un bateador zurdo”, relató Carlos Miguel.
Minutos de tristeza pero luego la consagración
Al llamara Guzmán a la oficina y darle la noticia, miles de sentimientos arroparon al joven jugador. Por un lado era salir de su primer equipo y dejar a muchos amigos, incluso de su misma zona. Por otro lado llegaba al equipo más poderoso de Venezuela, lo que le daba un plus extra de motivación. “Guzmán lloró al saber la noticia y nos dijo que el no quería irse. Me dolió mucho y los resultados dicen que nos equivocamos, pero nadie imaginaba lo que Guzmán haría más tarde. Tanto es asó que ese año, nosotros con Carvajal llegamos a la final y Caracas quedó eliminado”, confesó el joven directivo del Cardenales.
Guzmán llegó a Caracas sin posición fija, y si bien su bate no fue tan explosivo, contra Cardenales demostró lo que iba a hacer más adelante. El 26 de noviembre se enfrentó por primera vez a los Pájaros Rojos y con un doble remolcador de dos en el segundo, le dio el triunfo a los Leones 3x1. Cuatro días más tarde en Barquisimeto, Guzmán sacó sencillo y jonrón en otra nueva victoria capitalina 8x4. De ahí en adelante la figura del Guzmán comenzó a moldearse como el próximo Robert Pérez de la Liga, si las lesiones lo permiten y continúa jugando de esta manera.